jueves, 23 de noviembre de 2023

EN LA ACTUALIDAD

 Hace exactamente diez años, en 2013, un equipo con sus rayas blancas y azules enamoraba a toda España. El Málaga, como hicieran antes otros equipos como el Alavés o el Getafe, unió a todo el fútbol español en un sueño llamado Champions. Llegaron a cuartos, plantaron cara al después finalista Dortmund, que solo pudieron superarle por un escandaloso arbitraje que aún hace daño al recordarlo.

Ahora, en 2023, el Málaga ha descendido. Pero no a Segunda, no. A la segunda categoría del fútbol español ya bajaron en 2018. Ahora descienden a la Primera RFEF –la Segunda B de toda la vida– o lo que es lo mismo: al fútbol no profesional.

El drama en Málaga es total. Un equipo histórico, con una masa social impresionante, una ciudad con gran pasión por el fútbol, una afición enorme... todo ello se va al pozo que son las categorías no profesionales en España. El Málaga se muere lentamente, veremos si no de forma definitivamente este verano.

El equipo andaluz ha descendido tras una campaña horrible en Segunda, uno de esos años en los que tras cinco en lo que ya era un pozo se creía que se podía luchar por ascender a Primera. Ahora se van a un pozo mayor, a uno de los que cuesta salir, a uno que no se veía desde el año 1998.








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